Repasamos y clasificamos todos los endulzantes del mercado. Azúcar blanco, azúcar integral, azúcar moreno, azúcar de rapadura, azúcar de panela, azúcar de coco, miel… ¿Cuáles son los más saludables?
En general, todos los endulzantes contienen glucosa o fructosa, o ambas cosas, unos azúcares que pasan rápidamente a la sangre y que proporcionan energía momentáneamente, pero que, si tomamos en mucha cantidad, también comportan una bajada de energía y de ánimo.
Azúcar blanco
Lo podemos encontrar tanto envasado como en alimentos preparados: chocolatinas, yogures naturales, lasañas, pastas rellenas, pizzas, zumos, frankfurts, pan de molde, salsas, cereales de desayuno, galletas, barritas de cereales, conservas, y embutidos.
- Es pura sacarosa (glucosa + fructosa), que pasa rápidamente a convertirse en grasa (suben los kilos, el porcentaje de grasa y los índices de colesterol y triglicéridos, ya que espesa la sangre).
- Altera la flora intestinal y perjudica el tránsito intestinal y el sistema inmunitario (¿tus hijos se resfrían a menudo? Cuenta los alimentos con azúcar que toman a lo largo de la semana).
- Favorece la proliferación de cándidas y de parásitos (¿Tienes infecciones repetitivas? No tomes absolutamente nada que tenga azúcar).
- Desmineraliza y acidifica (para metabolizarlo “roba” minerales del hueso y de los alimentos que acabamos de comer: nada de café con azúcar o yogur con azúcar después de comer, pues).
- Altera el sistema nervioso. Ojo, pues, con los niños y con la hiperactividad (son mucho más sensibles al azúcar), y también cuando hay estados y procesos de depresión o ansiedad.
- Produce caries.
- El aumento brusco de la insulina que genera promueve la síntesis del cuerpo de prostaglandinas inflamatorias (PG2), que actúan como hormonas y favorecen los procesos inflamatorios.
Azúcar moreno o integral o de caña
Es una versión menos refinada del azúcar blanco –no lo han “limpiado” tanto– con una cantidad insignificante de vitaminas y minerales. Contiene, en mayor o menor cantidad, contaminantes que provienen del proceso de extracción industrial. Si queremos azúcar integral de verdad, elijamos este.
Azúcar de rapadura, panela o mascavo
Es el azúcar puro, que ha sido tratado con un proceso de liofilización que preserva sus vitaminas y minerales. Este azúcar, pues, no desmineraliza porque los nutrientes que le acompañan son las herramientas que necesita para ser metabolizada la sacarosa, y no los debe coger del cuerpo.
Sucralosa: azúcar acalórico
Se obtiene a partir del azúcar y se sustituye el hidroxilo por cloro, lo que permite eliminar las calorías. No es un producto natural, y es tan nuevo que no se sabe muy bien si el cuerpo lo metaboliza o lo excreta directamente ni qué consecuencias puede tener este cloro sobre el cuerpo.
Azúcar de coco
Fue la novedad de este año pasado. Se obtiene secando la savia que sale de la flor del coco. Contiene vitaminas, minerales, ácidos grasos, antioxidantes y fibra, pero hay que comprobar que no sea refinado. Tiene un índice glucémico de 35, que, comparado con el de 60 del azúcar normal y el de 87 de la miel, no sube tanto los niveles en sangre.
Fructosa
No hablaremos de la que encontramos en la fruta sino de la que venden en polvo o añadida a los alimentos.
La fructosa suele es más proclive a convertirse en reserva que a ser gastada como energía. Además, desequilibra los niveles de las hormonas encargadas de proporcionar la sensación de saciedad y hace que continuemos teniendo hambre. Su consumo intenso está relacionado con obesidad, alteraciones de grasas, trastornos hepáticos y cardiovasculares y favorece la formación de grasa y de ácido úrico. No es, pues, recomendable para diabéticos.
Ojo con el jarabe de maíz que añaden a cualquier alimento hoy día: es pura fructosa que desequilibra hígado y páncreas.
Savia de arce
Obtenida a partir de un proceso de refinación a temperaturas altas que le hace perder una gran parte de vitaminas y enzimas, así como de mezcla y limpieza con componentes químicos. Es, pues, básicamente fructosa y se suele mezclar con jarabe de maíz. Carga el hígado, el páncreas y los adipocitos de grasa.
Miel y miel cruda
Es un 35% fructosa, pero contiene vitaminas, minerales, aminoácidos y enzimas. Si la tomamos cruda, no tratada ni calentada, realmente obtendremos estos componentes. Las personas con diabetes deben vigilar mucho y no comerla nunca sola porque tiene un índice glucémico muy alto.
Concentrado de manzana
Es un zumo de manzana evaporado, por lo tanto, tiene pocas vitaminas y básicamente es fructosa. Por eso es mucho más dulce que el zumo de manzana o la manzana.
Melazas de cereales: arroz, cebada, etc.
Están hechas fermentando el cereal, por lo tanto, favorecen su digestibilidad y multiplican sus valores nutricionales. Puestos a elegir, la de cebada tiene más nutrientes.
Edulcorantes sintéticos
Los podemos encontrar en productos preparados como los yogures desnatados y los productos light. Hay que evitarlos porque no son naturales para el cuerpo, y lo hacen trabajar en exceso a la hora de eliminarlos como toxina.
- Acesulfamo K E-950: se desconoce si puede interferir en temas de tiroides y cáncer.
- Aspartamo E-951: relacionado con neurotoxicología y hiperactividad infantil.
- Ciclamato monosódico E-952: puede producir alergias, cáncer y neurotoxicidad.
- Sacarina (E954).
- Poleos industriales (manitol, sorbitol, xilitol, isomaltiol, lactitol y maltitol): las personas con sistema digestivo e intestinal delicado no deberían tomar porque pueden alterar el tránsito y provocar gases.
Jarabe de agave
Se ha hecho muy famoso sobre todo en cocina, porque no es muy fuerte ni de color ni de gusto. Contiene ciertas vitaminas y minerales, pero es muy rico en fructosa; por lo tanto, hay que vigilar en caso de diabetes, porque a la larga también sobrecarga el páncreas.
Estevia
Endulza trescientas veces más que el azúcar (hay que regular bien la dosis), no sube la glucosa en sangre y, además, ayuda a regularla. Es el mejor endulzante para diabéticos.
Hay que ir con cuidado, porque ahora muchas marcas comerciales se aprovechan de su fama y venden lo que no es. Hay que comprobar que sea Stevia rebaudiana y no glucósidos de esteviol, que solo contienen un 1% de estevia; el resto son químico.
Taumatina
El menos conocido de los edulcorantes es, al mismo tiempo, el más dulce de todos: es 2.500 veces más dulce que el azúcar y se trata de una proteína que se obtiene de un fruto llamado katemfe, procedente de África Occidental. En España por el momento solo se puede encontrar industrialmente.
¿No puedes vivir sin controlar las ganas por el dulce?
Muchos expertos, sin embargo, recomiendan no dejar del todo el azúcar, que es una fuente de energía y un sabor básico para equilibrarnos y tonificar el estómago. Sin embargo, debemos elegir los alimentos dulces más saludables: calabaza, zanahoria, brócoli, cereales integrales, fruta entera y, de tanto en cuanto, podemos añadir alguno (no cada día):