En la segunda posición tras la Cafeína tenemos la BETA-ALANINA
Seguro que alguna vez cuando has apretado con todo lo que tenías, e incluso más, has notado como las piernas te abrasan y no puedes con ellas. En ese momento es cuando solemos replantearnos nuestro amor por la bicicleta. Yo me he hecho muchas veces esa pregunta en momentos así. Con el fin de que nadie se replantee tirar la bicicleta al río y que el ciclismo no pierda adeptos, hoy quiero hablarte de la beta-alanina.
La beta-alanina, junto con la histidina, forman un dipeptido conocido como carnosina, que se almacena en nuestros músculos. Cuando estamos realizando esfuerzos sobre el umbral anaeróbico, el lactato comienza a acumularse y la sangre comienza a volverse más ácida, causando precisamente esta sensación de quemazón. Cuando esto ocurre, la carnosina es liberada al sistema circulatorio, actuando como un tampón que regula los niveles de acidez en la sangre. El resultado es que esta sensación de quemazón se alivia, obteniendo una mejor tolerancia al ejercicio y aumentando el tiempo durante el que podemos hacer esfuerzos máximos.
La beta-alanina es un suplemento que basa su efecto en la acumulación, de forma que se debe ingerir de forma prolongada durante un periodo de tiempo. Tras 6-8 semanas se obtiene un efecto importante, pero este efecto es progresivo y comenzaras a notarlo al poco que comiences a suplementarte. Se recomienda comenzar a tomarla durante el periodo de preparación específico de una prueba, ya sea competición o cicloturista
La dosis recomendada es de 4-6 g al día durante este periodo. Se debe tomar todos los días, tanto si descansas como si entrenas. Con el fin de mejorar su absorción, se recomienda realizar tres tomas diarias (desayuno, almuerzo y cena), repartiendo así la ingesta total