No se te da mal en las carreras y todo el mundo te dice que para entrenar bien y mejorar tienes que tener una bici de carretera. ¿Es cierto?
La gran diferencia entre MTB y carretera es la forma en que podemos controlar la intensidad a la que pedaleamos. Con una bicicleta de carretera es mucho más fácil controlar la intensidad de entrenamiento, ya sea medida en pulsaciones, en velocidad o en potencia. En los tres casos es más sencillo estar en la zona de entrenamiento deseada y mantenerse el tiempo requerido en ella con una bicicleta de carretera que con una de montaña.
Esto se debe sobre todo a que el terreno natural de la bici de montaña suele ser un terreno quebrado y que en muchas ocasiones nos exige un esfuerzo grande, aunque no queramos, sencillamente para mantener el equilibrio, superar un obstáculo o un rampa más empinada. Estos elementos del terreno, junto al mayor rozamiento de la rueda, hacen que la intensidad con la que pedaleamos sea mucho más variable en una salida de montaña que en una salida de carretera. Esa obligada intermitencia del esfuerzo hace más difícil que podamos mantener nuestro rango de intensidad dentro de la zona que queremos, teniendo menor control sobre lo que hacemos. Con la MTB, puede ser más complicado llevar a cabo entrenamientos a baja intensidad a no ser que vivamos en zonas con pistas muy llanas.
La otra diferencia importante es que la bici de montaña es más exigente técnicamente, y por lo tanto, requiere un mayor trabajo muscular. El mero hecho de desplazarnos por una pista, aunque sea ancha y en buen estado, tiene un mayor desgaste muscular y articular para el ciclista de montaña que para el de carretera. Este mayor desgaste hace que pasar de 3 horas en la bici de montaña sea más exigente para el cuerpo, incluso para unas mismas pulsaciones, que el mismo tiempo en bici de carretera. Es decir, nos va a suponer más esfuerzo hacer mucho volumen con la bici de montaña que con la de carretera.
Otro factor que puede entrar en juego es el tema de la limpieza y el mantenimiento de la bici, sobre todo en épocas de lluvias. Como sabrás, con barro, la MTB acaba sufriendo más desgaste si no la lavamos y engrasamos con frecuencia. Si sales 4 o 5 días a la semana, que es lo suyo si aspiras a mejorar en las competiciones, vas a necesitar mucho tiempo para mantener la bici a punto. Con una bici de carretera el mantenimiento de la misma es prácticamente nulo en este sentido, ya que si no coges carreteras mojadas la bici prácticamente no se mancha durante un montón de salidas. Y también tenemos otra bici con la que no estar parado si nos toca llevar la MTB al taller.
Un último consejo si finalmente acabas comprando una bici de carretera: tampoco es bueno abusar de ella, ya que corremos el riesgo de perder sensaciones con la de montaña. Lo suyo sería usar la de carretera para entrenamientos de fondo y de media intensidad (series largas) y la MTB para el trabajo de series intensas durante las cuales lo recomendable es hacerlas en subidas con cierto componente técnico tanto en subida como en bajada.