Las diferentes causas requieren diferentes soluciones
No puedes más, te has quedado sin fuerzas, se te suben las pulsaciones, te duelen las piernas, te están dando calambres, te asas de calor, se te sale el corazón por la boca…Todas estas expresiones definen una constante en nuestro deporte: el cansancio. Este cansancio o fatiga puede tener diversos orígenes. Veamos por qué nos cansamos y disfrutamos tanto cuando hacemos nuestro deporte favorito.
¿Qué es la fatiga? Fatiga es sinónimo de cansancio. En términos deportivos, la fatiga se relaciona con una disminución del rendimiento. En términos prácticos, cuando aparece la fatiga no somos capaces de pedalear con la misma fuerza que cuando salimos de casa.
¿Por qué sucede? La fatiga puede ser de varios tipos que te describimos:
1-FATIGA “ENERGÉTICA”
El cansancio más habitual es el que sucede después de estar pedaleando durante 2 ó 3 horas a buen ritmo. Entonces es cuando llegamos a una subida y vemos que no somos capaces de subirla al 100%. Estamos ante un caso de falta de combustible: poco a poco, hemos ido consumiendo el glucógeno muscular, necesario para que el músculo funcione al 100%. No obstante, si nos preocupamos de ir ingiriendo hidratos de carbono (en forma líquida o sólida) estaremos proporcionando al músculo algo más de combustible, permitiéndole trabajar al 80 o al 90%.
2-FATIGA “LÁCTICA”
Este otro tipo de fatiga está más relacionada con la intensidad con la que pedaleemos que con la duración del entrenamiento (fatiga energética). Lo que sucede en este caso es que se altera el equilibrio ácido-base de la célula debido a la gran cantidad de ácido láctico que se produce. Esta acidez muscular hace que las células pierdan eficacia, y por lo tanto, no se pueda pedalear con tanta fuerza. Esta fatiga es fácil de evitar si no se sobrepasa la intensidad equivalente al umbral anaeróbico durante mucho tiempo.
3-FATIGA “ACUÁTICA”
Este tipo de fatiga está relacionado con la pérdida de agua y sales minerales (electrolitos) que se produce cuando se monta en bici en situaciones de calor. Si no se repone el agua perdida, disminuirá la cantidad de sangre que circula por la sangre. Esto hará que los músculos no puedan recibir todo el oxígeno y los nutrientes que necesitan para poder contraerse con fuerza. Este tipo de fatiga suele causar los temidos calambres.
4-FATIGA POR RECALENTAMIENTO
Cuando el cuerpo no puede disipar todo el calor que produce, empezará a acumular temperatura. En condiciones de calor, mucha humedad y ausencia de viento es fácil que el organismo se ponga a 38 ó 39 grados cuando estemos montando en bici. Una vez llegados a esa temperatura (entre 39 y 40 grados), el rendimiento disminuye considerablemente para evitar consecuencias fatales. Este tipo de fatiga está muy relacionada con la fatiga acuática, ya que el agua es fundamental para que el cuerpo pueda eliminar el calor que produce cuando pedalea.
Ahora que conoces los diferentes tipos de fatiga que existen, será más sencillo cansarse menos en las siguientes salidas en bici. ¿Cómo? Regulando mejor la intensidad, es decir, ir más tranquilo al principio para llegar con más energía al final. En términos balísticos, podemos compararnos con el cargador de una pistola. Tenemos una cantidad limitada de balas que debemos administrar. Si las gastamos todas en las primeras subidas estaremos perdidos en las últimas…Y por supuesto, beber y comer en abundancia.