Estas Navidades lo hemos intentado de verdad y nos hemos esforzado en comer con más moderación, de manera más saludable e intentando evitar los atracones. Sin embargo, era casi inevitable que ganáramos algo de peso durante estas fechas y tampoco pasa nada. Lo realmente importante es lo que hagamos a partir de ahora y durante el resto del año con nuestro estilo de alimentación.
Cuando nos subimos a la báscula después de las fiestas y vemos el peso que hemos ganado puede ser muy tentador querer perder ese peso lo más rápido posible y acudir a remedios que ofrezcan resultados rápidos. Sin embargo, la mayoría de estas opciones no son para nada recomendables y pueden tener consecuencias indeseables. Te contamos cuáles son las siete peores cosas que puedes hacer para perder el peso ganado tras las fiestas.
Seguir una dieta détox
La idea detrás de las dietas détox es que después de las comilonas de las navidades nuestro cuerpo está intoxicado y por eso tenemos indigestiones, nos encontramos mal y hemos ganado peso. Según esta idea, seguir una dieta détox ayudará a desintoxicarnos, eliminar las causas de las indigestiones y, por supuesto, a perder peso.
La realidad, sin embargo, es bien distinta. Nuestro cuerpo no está intoxicado, lo único que ocurre es que hemos comido más de lo habitual y por ello nuestro estómago puede sentirse más pesado o indigesto de lo habitual. El exceso de comida suele venir acompañado de un alto consumo de calorías lo que provoca la ganancia de peso, pero eso no significa que nuestro organismo esté intoxicado y necesite desintoxicarse, ya que de eso se encarga nuestro organismo.
Seguir una dieta détox puede conllevar no solo un importante efecto rebote, sino incluso problemas de salud. Para empezar, se trata de una dieta muy restrictiva que puede causarnos carencias nutritivas y estresar a nuestro organismo, creándonos ansiedad. Además, este tipo de dietas se basan en líquidos, que pueden provocar un consumo excesivo de agua y que pueden desembocar en hiponatremia por dilución.
Llevar a cabo alguna dieta milagro
Las dietas milagro tienen una publicidad muy llamativa ya que prometen ayudarte a perder peso de manera sencilla y rápida. Sin embargo, los problemas que pueden causar son mucho mayores que los beneficios que obtienes gracias a ellas. Para empezar, suelen implicar restringir mucho nuestra alimentación, lo que hace que sean muy difíciles de seguir a largo plazo y, además, nos provoquen importantes carencias – o excesos – nutricionales.
También son causantes de importantes efectos rebote y estresoras para nuestro organismo, lo que provoca que aumente el cortisol en sangre. La producción de esta hormona nos incentiva a comer más y, normalmente, alimento con poca calidad nutricional. Por supuesto, se tratan de dietas generalizadas, que no se centran en tus necesidades personales o tus condiciones físicas, lo que puede afectar a tu salud.
No comer o comer muy poco
Decidir no comer o comer muy poco durante varios días puede parecer la solución ideal para compensar los excesos que hayamos cometido durante las fiestas. Sin embargo, no es tan buena idea como parece. Al hacer esto, nuestro organismo piensa que estamos pasando por un momento de escasez – el cuerpo no diferencia entre ayuno autoimpuesto o ayuno por obligación – y coloca al metabolismo es una especie de letargo, ralentizándolo.
En el momento en que volvamos a ingerir algo de comida, nuestro cuerpo tomará la grasa de dicho producto y la aprovechará porque no sabe cuándo vamos a volver a ingerir alimento. Esto acaba, casi siempre, en un importante efecto rebote que hará que ganemos todavía más peso.
Utilizar pastillas o suplementos para adelgazar
Las pastillas para adelgazar las puedes encontrar en Internet, en supermercados e, incluso, en las farmacias. Esto último puede llevarte a pensar que son efectivas o que, al menos tan malas no serán si las venden en una farmacia. La realidad, sin embargo, es que estas pastillas no han demostrado ser eficaces a la hora de ayudarnos a perder peso.
A pesar de que, en su composición no contengan ningún elemento que sea peligroso para la salud, sí que pueden provocar que dejemos de consumir alimentos beneficiosos nutricionalmente y que llevemos una dieta poco saludable – porque ya estamos tomando esas pastillas para perder peso -. No nos ayudarán a adelgazar y nos alejarán durante más tiempo de una alimentación saludable, adaptada a nuestras necesidades, y que podamos mantener en el tiempo.
Hacer deporte muy abrigados para sudar
Hace un tiempo, cuando Cristiano Ronaldo todavía jugaba en el Madrid, saltó la noticia de que el famoso futbolista entrenaba en pleno verano con sudadera para sudar más y así perder peso. Esta creencia no es nueva, ni la inventó él. Sin embargo, la realidad es que ponernos mucha ropa para hacer deporte no nos va a ayudar a perder más peso.
El sudor no es un indicador de la grasa quemada, sino tan solo un termorregulador para regular nuestra temperatura corporal y que no sea excesiva. Lo único que se pierde a través del sudor es líquido que después debemos reponer si no queremos tener problemas de salud.
Incluir alimentos light
Otra de las técnicas que más habitualmente utilizamos para adelgazar, especialmente cuando lo hacemos por nuestra cuenta y no acudimos a un profesional de la nutrición, es cambiar todos los alimentos de nuestra casa por alimentos light o bajos en grasa como los refrescos light, la pechuga de pavo, los cereales fitness, o los yogures desnatados, entre otros.
Sin embargo, la mayoría de estos productos bajos en grasa contienen azúcares añadidos para compensar la reducción del sabor provocado al retirar la grasa. En el caso de los alimentos light, suelen contener edulcorantes que afectan a nuestra palatibilidad – provocando que queramos más alimentos dulces – y que estás asociados con un aumento del hambre y más grasa abdominal. Lo mejor es que optemos por alimentos naturales, agua, verduras y fruta y nos fijemos en que los alimentos no contengan azúcar añadido.
Reducir excesivamente algunos alimentos
Eliminar de nuestra dieta los carbohidratos o las grasas suele ser una de las opciones más elegidas en estas fechas para perder peso rápido. La realidad es que hacer esto no solo afecta a nuestro metabolismo, ralentizándolo, sino que puede provocar que nos falten nutrientes necesarios para un buen funcionamiento de nuestro organismo.
Lo importante no es retirar todas las grasas o todos los hidratos, sino aprender a elegir aquellos que nos combienen. En el caso de los hidratos, lo adecuado es evitar los hidratos simples – harinas blancas y refinadas – y optar por hidratos que provengan de harinas integrales o cereales de grano entero como la avena o el centeno. En cuanto a las grasas, debemos evitar las trans como las presentes en alimentos procesados, cereales de desayuno, galletas, etc. y elegir aquellas poliinsaturadas presentes en frutos secos, aguacate, pescado o aceite de oliva virgen extra.