Durante años se ha mantenido en duda su necesidad y beneficios para el ciclista o para determinadas especialidades, donde este tipo de entrenamiento es relativamente novedoso. A estas alturas, el uso del trabajo de fuerza en el gimnasio está extendido en cualquiera de las disciplinas ciclistas que existen, pero son muchos los ciclistas que aún recelan de esta parcela del entrenamiento, aunque ya existe la evidencia científica sobre sus beneficios, asociados a una mejora de rendimiento y un programa de prevención de lesiones.
El ciclismo es un deporte de resistencia, pero también de fuerza. Cuando se realiza un trabajo de fuerza específico se trabaja sobre adaptaciones neuromusculares. Uno de los motivos de recelo más escuchados a la hora de plantear el trabajo de fuerza en gimnasio ha sido siempre la idea de entrenar en gimnasio y salir hipertrofiado: gran masa muscular, volumen… pero nada de eso es cierto.
La hipertrofia (ganancia de masa muscular, volumen) es la consecuencia de un tipo concreto de entrenamiento en gimnasio y en la mayoría de los casos unido a una dieta específica, cuyo objetivo es ese: hipertrofiar. Pero el ciclista no ha de realizar ese tipo de entrenamiento. El diseño de sesiones del ciclista han de ser como os obvio individual, concreto al trabajo que buscamos y acorde por supuesto a su disciplina de ciclismo. No puede ser igual una sesión para un ciclista de pista en la disciplina de velocidad, que para un ciclista de ruta o cualquier otra disciplina.
Lo que se busca en estas sesiones es trabajo de fuerza y sobre esto hay mucho que hablar, pues expertos del entrenamiento de fuerza ya hace tiempo que vienen indicando que, para medir este trabajo y su correcta ejecución, no solo hay que mirar los kilos con los que trabajas, sino la velocidad con la que lo haces. En la mayoría de planes de entrenamiento se trabaja como referencia con % de 1RM, pero hoy en día existen programas/aplicaciones que nos permiten medir la posición y velocidad de desplazamiento. Con este tipo de análisis se llegan a detectar puntos fuertes y débiles del deportista y tenerlos en cuenta para su plan de entrenamiento.
Además de trabajar la fuerza con estos ejercicios, el entrenamiento en el gimnasio y este tipo de valoraciones y análisis en la ejecución de cada ejercicio nos va a proporcionar información para tener en cuenta la tan olvidada “prevención de lesiones”. Por tanto, podemos decir que en toda planificación del ciclista tiene que existir el trabajo en gimnasio durante toda la temporada (tan solo que, en cada fase, el trabajo será diferente) así como el número de sesiones irá disminuyendo a medida que se adentren en la temporada de competiciones.
El diseño de un programa de entrenamiento será:
– Entrenamiento según objetivos
– Adaptado a la persona
– Adecuación progresiva de las cargas de entrenamiento y retroalimentación del mismo.
– Una buena tabla de entrenamiento es el medio más utilizado para el diseño del programa de fuerza.