Los snacks o el picoteo entre horas todavía está muy asociado a los productos insanos, particularmente ultraprocesados o salidos de máquinas de vending -cuya oferta todavía tiene mucho por mejorar-, pero también podemos prepararlos en casa. Si buscas un bocado crujiente salado, te gustarán estas galletas saladas o crackers de harina de garbanzos, nutritivas y muy sencillas.
La base son son tres ingredientes -agua, aceite de oliva y la propia harina de legumbre- a los que podemos añadir nuestro toque particular al gusto. Una buena mezcla de especias, incluso picante, les dará sabor y aroma, mientras que si incorporamos algunas semillas sumaremos todavía más nutrientes y textura.
Ingredientes
Para 40 unidades
- Harina de garbanzos250 g
- Sal8 g
- Levadura química (impulsor) (1/2 cucharadita)2 g
- Semillas de amapola o chía o sésamo40 g
- Cúrcuma molida (1 cucharadita colmada)5 g
- Pimienta negra al gusto
- Ajo granulado al gusto
- Pimentón dulce o picante al gusto
- Aceite de oliva virgen extra30 ml
- Agua (aproximadamente)130 ml
Cómo hacer galletas saladas o crackers de harina de garbanzos
Dificultad: Fácil
- Tiempo total30 m
- Elaboración20 m
- Cocción10 m
- Reposo15 m
Mezclar en un recipiente la harina de garbanzos con la sal, la levadura, las especias elegidas y las semillas, si las usamos. Combinar con unas varillas o un tenedor para quitar los grumos más grandes. Formar un hueco en el centro, añadir el aceite y 3/4 del agua.
Empezar a mezclar hasta incorporar todo el líquido, echando el resto del agua si la admite. Podemos corregir la textura con un poco más de harina si fuera necesario. Continuar mezclando y amasando ya a mano para formar una masa homogénea sin grumos secos. Debe quedar húmeda pero no muy pegajosa.
Tapar con un paño y dejar reposar 15 minutos. Si queremos prepararla más tarde o facilitar el estirado, envolver en plástico film y guardar en la nevera, aplastándola para formar un disco plano.
Precalentar el horno a 180º C y preparar dos bandejas grandes. Estirar la masa con un rodillo, sobre una superficie ligeramente enharinada o sobre papel de hornear antiadherente -podemos usar dos capas para que el rodillo no se pegue. Estirar muy bien para dejarla lo más fina posible, si queremos que queden bien crujientes.
Cortar con cortapastas enhariado o con un cuchillo afilado, pasando la hoja por harina si se pegara demasiado. Lo mejor es sacar galletas pequeñas, más fáciles de mover y de guardar. Distribuir en las bandejas y hornearlas de una en una, durante unos 15-20 minutos, o hasta que se hayan dorado y estén firmes al tacto.
Si las dejamos más finas o más tostadas saldrán más crujientes y algo más duras; si preferimos que sean algo más suaves a la hora de masticarlas, podemos dejarlas algo más gruesas, o sacarlas un poco antes.
Nuestro agradecimiento a liliana-fuchs por la receta