El ácido láctico, al igual que otra serie de temas de conversación como son el ir a rueda, la alimentación, los desarrollos de la bicicleta, está cada vez más presente en las conversaciones de los ciclistas amateurs. En general todas las personas que practican ciclismo, o cualquier otro deporte, saben que la acumulación de ácido láctico nos provoca fatiga. Quiero desarrollar qué es exactamente el ácido láctico, por qué nos produce fatiga, y cómo podemos combatirlo.
Pues bien, el ácido láctico, es una sustancia que se forma cuando se descompone la glucosa y no hay presencia de oxígeno.
Es decir, en condiciones anaeróbicas. Ejemplos de condiciones anaeróbicas son la realización de ejercicios en los que hay mucha intensidad y poco tiempo de duración, como pueden ser el levantamiento de pesas, o en el caso de ciclismo en los sprints.
El problema lo tenemos cuando estamos realizando un ejercicio determinado y la intensidad de éste hace que se vaya acumulando ácido láctico en nuestros músculos, sin que el organismo sea capaz de eliminarlo. La acumulación de acido lactico en nuestro organismo tiene dos consecuencias fundamentales. La primera de ellas sería la inhibición de las enzimas que se encargan de romper la glucosa. Como sabemos la glucosa es la gasolina que necesita nuestro músculo para funcionar, y si el acido lactico inhibe a la enzima encargada de aportarnos esa gasolina nos quedaremos sin energía, y si nos quedamos sin energía tenemos un problema. La otra consecuencia de la acumulación de ácido láctico en nuestros músculos es que impide que el calcio se una a las fibras musculares, y por lo tanto inhibimos la contracción del músculo.
Por lo tanto podemos deducir que el ácido láctico y los ciclistas no se llevan muy bien. Ahora bien, ¿se puede prevenir la acumulación de ácido láctico en nuestros músculos?. La respuesta es no. No podemos prevenir la acumulación de lactato en nuestros músculos durante la realización de ejercicios intensos, pero lo que si podemos hacer es retrasar al máximo su acumulación. Ahora la pregunta sería cómo retrasar la acumulación de ácido láctico en nuestros músculos para que aumente nuestro rendimiento deportivo. La respuesta sería con entrenamiento, más concretamente con un entrenamiento dirigido a que nuestro organismo trabaje en condiciones de aerobiosis (con oxígeno) con la mayor intensidad posible.
Y para conseguir que nuestro organismo trabaje en esas condiciones de aerobiosis el entrenamiento que realicemos tiene que ir dirigido a la creación de nuevos capilares sanguíneos. Si somos capaces de favorecer en nuestro organismo más capilares llegará más cantidad de oxígeno a los músculos, por lo que retrasaremos la acumulación de ácido láctico, y por lo tanto la fatiga muscular.
Para la creación de nuevos capilares lo ideal es hacer un entrenamiento de base, es decir, un entrenamiento en el que comencemos con pulsaciones bajas, las cuales irán subiendo paulatinamente a lo largo de las semanas. Al ir con bajas pulsaciones estaremos consiguiendo que la producción de ácido láctico se muy baja y que a su vez el plasma sanguíneo, que es el componente de la sangre que va a generar nuevos capilares, cree nuevos capilares en nuestros músculos. Además, la creación de nuevos capilares provocará otra adaptación importante en nuestro organismo, el agrandamiento del corazón. Esto es debido a que al aumentar la cantidad de plasma en nuestra sangre entre más líquido en nuestro corazón y éste se vaya agrandando. Al agrandarse el corazón descenderán nuestras pulsaciones.
Por lo tanto, para evitar en la medida de lo posible la fatiga muscular debido a la acumulación de ácido láctico, es importante realizar un entrenamiento de base a bajas pulsaciones para conseguir adaptaciones fisiológicas en nuestro organismo que nos van a permitir que aumente nuestro rendimiento deportivo.