Desde hace unos años, se ha puesto de moda la medición de la potencia desarrollada por los ciclistas, hasta el punto de que hoy en día se considera una variable fundamental para valorar su estado de forma y su rendimiento. Las grandes estrellas ‘twittean’ los resultados obtenidos antes de las grandes pruebas y los periodistas especializados realizan sus vaticinios para estas carreras teniendo muy en cuenta estos datos.

Hasta hace un tiempo, la tendencia era determinar la evolución de un entrenamiento a partir del número de pulsaciones que se registraban al realizar determinados esfuerzos. Sin embargo, hoy la potencia ha superado en importancia a esta metodología. ¿Cuál es la diferencia entre ambos? En este artículo, encontrarás algo de luz al respecto.

Los vatios: una medida más exacta

Medir un entrenamiento ciclista en vatios resulta bastante más exacto que hacerlo a partir de las pulsaciones. ¿Por qué? Porque el primer valor es bastante más fiable que el segundo, pues la frecuencia cardíaca puede estar influenciada por el cansancio, la altitud del terreno, alguna pequeña enfermedad o dolencia o el escaso nivel de glucógeno en sangre. 

Imagina que un día sales a rodar y subes un puerto de segunda categoría a una media de 300 vatios y, al día siguiente, repites esa cifra. Pues bien, el resultado del entrenamiento será igual en los dos días, aunque en uno lo hayas hecho con 150 pulsaciones y en otro, con 160.

Diferencias entre la medida en vatios y en pulsaciones

Uno de los aspectos que conviene tener en cuenta a la hora de decantarse por uno u otro método de medición del entrenamiento son sus semejanzas y sus diferencias. Pues bien, tanto el cómputo en pulsaciones como en vatios miden diversas variables relacionadas con el trabajo, como la intensidad, el umbral de esfuerzo, la resistencia o la regeneración muscular.

Sin embargo, en el caso de las pulsaciones, las zonas de entrenamiento (tipos y objetivos de la preparación) están calculadas a partir de una frecuencia cardíaca máxima, mientras que las de potencia tienden a ser más exactas, pues se determinan a través de una prueba de campo o de laboratorio en la que se mide el umbral funcional (FTP), que equivale al umbral por pulsaciones en el campo de la resistencia.

Por otro lado, dado que la potencia equivale a la relación entre vatios y kilos, resulta una variable especialmente útil a la hora de planificar la pretemporada, pues en ella se suele comenzar con un mayor peso, que se va perdiendo a medida que avanza el entrenamiento.

De este modo, si optas por realizar las mismas pruebas de preparación unas semanas después de la primera vez que las realizaste, y obtienes el mismo resultado en vatios, podrás determinar que tu evolución es positiva. Atendiendo a la frecuencia cardíaca, resultaría sencillo saber que, a menor número de pulsaciones, la forma física que habrás obtenido será más elevada, sin embargo, resulta menos precisa para conocer tu potencial en función de tus condiciones físicas en un momento determinado.

¿Cómo medir la potencia en el entrenamiento ciclista?

El pulsómetro, o medidor de pulsaciones, es un dispositivo tecnológico que ha acompañado tradicionalmente a los deportistas de diferentes disciplinas, por su capacidad para determinar el estado físico de su portador, en el momento, y la evolución de su entrenamiento, con los datos que se manejen de días anteriores.

Para determinar el rendimiento en vatios de una salida para rodar, el aparato que hay que adquirir es un potenciómetro, bastante más caro que este primero, pero muy importante para quienes aspiren a conseguir resultados de alto nivel.