Medir cuánto y cómo corremos es importante para mejorar, pero también hay momentos en los que necesitamos deshacernos de todo lo superfluo y entrenar solo atendiendo a lo que nos dice y pide nuestro cuerpo. ¿Eres de los que corre con pulsómetro o de los que prefiere guiarse por sus sensaciones?
Correr con pulsómetro para saberlo todo
Correr con un pulsómetro, smartwatch o reloj deportivo nos da la oportunidad de saberlo todo, o casi todo, sobre nuestro entrenamiento: a cuántas pulsaciones hemos ido de media, cuál ha sido nuestra velocidad, cuál nuestro kilómetro más rápido o cuál ha sido la altimetría del entrenamiento.
Si estamos preparándonos para una prueba de media o larga distancia, como puede ser una media maratón o una maratón, está claro que el pulsómetro nos va a ayudar a monitorizar nuestros entrenamientos. Esto es algo importante para nuestra planificación ya que, dependiendo de cómo vaya siendo nuestro desempeño podremos reajustar los entrenamientos que tenemos por delante. También podremos conocer nuestros puntos débiles como corredores y saber qué es lo que tenemos que reforzar.
Si lo que queremos es mejorar nuestra marca en alguna carrera, el pulsómetro puede sernos de mucha utilidad sobre todo para los entrenamientos de series, donde es importante controlar ritmos y pulsaciones.
Correr por sensaciones para conocerte mejor
Aprender a escuchar a nuestro propio cuerpo y a identificar las diferentes sensaciones que tenemos al correr, a qué corresponden y cómo nos afectan, también es muy importante para un corredor. En ocasiones es mejor dejar el pulsómetro en casa y guiarnos simplemente por lo que sentimos.
Si sales a correr por puro placer y no tienes que cumplir ningún tipo de calendario de entrenamiento, la carrera por sensaciones puede ser muy beneficiosa para ti.
Correr por sensaciones también se entrena: puedes optar por salir un día a hacer series o cambios de ritmo con el pulsómetro y aprender cómo se siente tu cuerpo a cada uno de los ritmos a los que vas corriendo. Otro día haz el mismo entrenamiento sin mirar el pulsómetro pero intentando replicar esas mismas series o cambios de ritmo solo a través de tus propias sensaciones corriendo. ¿Has acertado? ¿Has podido correr al mismo ritmo las series? ¿Te has quedado corto de velocidad en alguna de ellas? Esta es una buena manera de conocerte mejor y de saber cómo responde tu cuerpo ante las distintas circunstancias.
Es muy posible que no lo hagas bien a la primera, pero con la práctica este ejercicio te servirá para conocerte mejor y saber qué puedes esperar de ti en una carrera o ante un entrenamiento.