Cuando queremos hacer una receta de pescado, normalmente pensamos en asarlo en el horno, guisarlo a la vasca o en salsa verde, o preparar unas delicias o tajadas rebozadas, pero no solemos pensar en pescado cocido porque lo asociamos a comida de enfermo. Dado que estamos en época de reducir calorías y cuidarnos para adelgazar tras los excesos del final de año, hoy os cuento cómo cocinar pescado hervido sin que parezca comida de hospital.
Un buen lomo de merluza cocido con un poco de gracia puede ser un plato delicioso, -y por supuesto muy ligero-, y aunque sea perfecto y nos siente bien cuando estemos con el estómago revuelto o estemos convalecientes, también es un plato estupendo para quedar satisfechos y disfrutar de una buena receta de pescado.
Cómo cocinar pescado hervido sin que parezca comida de hospital
Para preparar nuestro plato de pescado hervido o cocido, partiremos de unos lomos de merluza o pescadilla. Podéis utilizar cualquier otro pescado que os guste, preferiblemente fresco, pero también podéis utilizar pescado congelado.
Si cocéis el pescado sin haberlo descongelado bien o lo cocéis nada más sacarlo de la nevera el resultado no será el mismo.
En ese caso necesitaremos haber tenido la precaución de haberlo descongelado lentamente dentro de la nevera durante 24 horas y después dejarlo a temperatura ambiente durante al menos 30 minutos.
El motivo es que así no se producirá un gran cambio de temperatura durante la cocción, que además será muy corta. De esta forma, el pescado quedará entero, blanco y terso y no se nos romperá ni encongerá quedando abarquillado.
Primera parte, cocinando la guarnición
En una cacerola baja, cocemos a fuego lento una patata cortada en rodajas de medio cm, una cebolla cortada en cuartos, y una zanahoria en rodajas. Para darle gusto, añadimos un manojo de perejil fresco, una hoja de laurel y 10 bayas de pimienta negra.
Ponemos todas las piezas en la cacerola y agregamos agua o caldo de pescado y llevamos a ebullición. El líquido debe ser el necesario para cubrir los ingredientes y un poco más. Hay que estar pendientes por si se va evaporando para añadir lo que haga falta. Esta cocción previa durará aproximadamente 15 minutos, hasta que la patata y la zanahoria vayan estando tiernas.
La cocción no debe hacerse a todo gas, es mejor a fuego bajo, manteniendo las burbujas de la ebullición pero no muy grandes para que las patatas y posteriormente el pescado no se nos rompan con la fuerza de la cocción.
Cuando nuestra guarnición lleve unos 15 minutos cociendo, metemos los lomos de pescado que estarán bien atemperados tras haber estado fuera de la nevera desde el comienzo de nuestra elaboración. Para cocerlos, los dejamos cuatro o cinco minutos hasta que su color empiece a cambiar de rosado a blanco y apagamos el fuego, dejando que se terminen de hacer durante otro par de minutos.
Cuando el pescado esté terminado, retiramos el laurel, la cebolla cocida y el perejil y servimos nuestro hervido de pescado en una fuente. Llevamos a la mesa y lo disfrutamos bien caliente, advirtiendo a los comensales para que puedan apartar las bayas de pimienta que se nos hayan pasado.
El resultado es un pescado sabroso y muy jugoso, una guarnición llena de sabor, -en especial si en lugar de con agua hacéis esta receta con caldo de pescado o fumet- y además sin haber utilizado nada de grasa en la preparación por lo que es una receta ligera y apta para todo tipo de dietas.
Si queréis darle un toque especial a esta forma de preparar el pescado hervido sin que parezca comida de hospital, podéis aliñar ya en el plato con un hilo de aceite de oliva virgen extra o un par de vueltas de molinillo de pimienta, pero no va a ser necesario porque así queda delicioso.