Entre los distintos tipos de aceites que encontramos a nuestra disposición, el aceite de oliva es uno de los más populares y recomendables. Sin embargo, encontramos el aceite de oliva, el aceite de oliva virgen y el virgen extraen el mercado, por ello, te mostramos sus diferencias y cuál es más saludable.
Diferentes tipos de aceite de oliva
Como todos los aceites, el aceite de oliva ya sea virgen, virgen extra o simple aceite de oliva se compone de un 99,9% de grasas entre las que predominan los ácidos grasos monoinsaturados.
Por lo tanto, es un alimento concentrado en calorías aunque muy saludable y no aporta colesterol.
Sin embargo, hay otros aspectos que diferencian a un aceite de oliva de uno virgen o virgen extra. A saber:
Aceite de oliva virgen extra o AOVE
Es el producto tal y cómo se extra de la aceituna. Básicamente es 100% zumo de aceituna obtenido mediante procesos físicos y a una temperatura moderada a baja.
Esto se traduce en un producto sin aditivos ni conservantes y con aroma y sabor excepecionales aprobados mediante cata, así como otras características que establece la Norma comercial del COI o Consejo Oleícola Internacional.
Asimismo, es la opción con más polifenoles y antioxidantes precisamente por que resulta la más natural e intacta.
Según la Reglamento de la Unión Europea su acidez debe ser menor o igual a 0,8%.
En términos nutricionales es de todos los aceites de oliva el que mayor proporción de ácidos grasos poliinsaturados y monoinsaturados posee.
Aceite de oliva virgen
Es también un producto sin aditivos ni conservantes con cualidades de zumo de aceituna. Sin embargo, en este caso puede presentar defectos sensoriales que es lo que le lleva a quitar la cualidad de «extra».
Según el Reglamento, su acidez puede ser superior, pudiendo presentarse hasta un 2%.
Al igual que el aceite de oliva virgen extra sus grasas son de muy buena calidad aunque aporta menos grasas poliinsatuadas. Igualmente, puede poseer un nivel escasamente inferior de polifenoles con efecto antioxidante.
Aceite de oliva
El aceite de oliva que encontramos bajo este mismo nombre (no virgen ni virgen extra), es lo que denominaremos aceite de oliva refinado en mezcla con aceite de oliva virgen o virgen extra.
Según el Reglamento su acidez debe ser igual o inferior a 1% y puede incluir una mayor proporción de ácidos grasos trans que los anteriores. Esto último quizá debido a su proceso de elaboración.
Cuando el aceite de oliva presenta la cualidad «suave» es quizá, cuando menor proporción de aceite de oliva virgen o virgen extra presenta en su interior.
AOVE: la opción más saludable
Al momento de escoger un aceite de oliva, siempre es recomendable optar por las alternativas si refinar, es decir: aceite de oliva virgen o virgen extra.
Este último es el que tiene una excelente calidad sensorial y por lo tanto, también destaca por su calidad nutricional. Sobre todo, porque su contenido en polifenoles con efecto antioxidante y antiinflamatorio puede ser superior, así como su contenido en vitamina E y grasas insaturadas.
De hecho, el oleocanthal que tiene un efecto similar al ibuprofeno en nuestro organismo, se hace presente en mayores cantidades en el aceite de oliva virgen extra y de allí que siempre es mejor preferir esta opción.
Igualmente, podemos optar por el aceite de oliva virgen pero recomendamos no escoger aceite de oliva refinado o simplemente aceite de oliva que incluye la opción refinada en su interior y posee menor proporción de nutrientes y compuestos saludables.