Cada vez más personas optan por tener un estilo de vida saludable y para conseguirlo es necesario hacer ejercicio y seguir una dieta sana. Fundamental para vivir más y mejor. Las ofertas para cuidarte son infinitas: gimnasio, yoga en el parque, salir a correr, clase de ‘pole dance’, ejercicio en casa, entrenamiento personal… pero ¿cuál de estas es mejor?

*Gimnasio: opción low cost

Mucha gente se guía por su bolsillo y optan por una de las opciones más económicas: acudir al gimnasio (33, 8 euros de cuota media, según el estudio anual de mercado realizado por Life Fitness). Máquinas, clases colectivas o instalaciones deportivas como piscina y otros servicios son algunas de las razones por las que la gente se decanta por esta opción. Si tienes cierta experiencia, conoces bien tu cuerpo y tus posibilidades y sabes cuáles son tus objetivos y cómo alcanzarlos, ir al gimnasio es para ti. De lo contrario, si no controlas esos aspectos, podría ser contraproducente: «La asistencia libre al gimnasio aumenta el riesgo de pereza (por la posibilidad de acabar desistiendo en el intento), de lesión (por falta de un profesional que supervise tu sesión) y disminuye el porcentaje de consecución de objetivos por falta de conocimientos»

Si ese no es tu caso y conoces lo que debes hacer y cómo hacerlo, puedes abrirte camino entre uno de los más de 66.000 clubs deportivos que hay, según el Anuario de Estadísticas Deportivas de 2017, o seguir una rutina diseñada por ti o por alguno de los monitores que puedan aconsejarte.

En su canal de Youtube encontrarás vídeos de temática variada, como ‘tono baile’, cardio intenso, ‘hiit’ y ejercicios específicos según la zona a fortalecer o reducir. También encontrarás un calendario mensual descargable en su web con rutinas específicas y fáciles de seguir. Además, disponen de un menú semanal (también vegetariano) con gran variedad de recetas para compaginar el deporte con la dieta.

Entrenamiento personal: la inversión

Si bien es verdad que las cuotas de gimnasio son más o menos asequibles, hay una opción que, aunque no sea más económica, puede ser la más eficiente. «El entrenador personal es un especialista en preparación física que desarrollará un plan específico para ti, limitando así el riesgo de lesión y favoreciendo la consecución de objetivos más eficientemente»

Una de las ventajas de tener un entrenador personal es que los objetivos no se alcanzan de igual manera ni con la misma rapidez: «Cada objetivo necesita de un entrenamiento específico y para conseguirlos hay que llegar a unos límites de trabajo que sin la ayuda de un entrenador son imposibles de realizar»

«En el gimnasio nunca llegarás a conseguir los mismos resultados que si tienes a un entrenador personal que te dirija en su plan salud/deporte o te lleve al límite»

Y aunque el precio pueda ser más elevado, el entrenamiento suele ir acompañado de un plan completo de nutrición que se va adecuando según la evolución de cada persona.

Ahora bien, el número de sesiones que serían necesarias para alcanzar tus objetivos depende de cada persona, de su forma física, de su tiempo y de su posibilidades económicas, pero la media se sitúa en unas tres veces a la semana, aunque hay quien entrena una, dos, cinco, o seis veces. Por eso es entrenamiento personal, porque se ajusta a tus necesidades.

«Quien empieza con un entrenador personal es raro que vuelva a entrenar por su cuenta porque comprueba en su propia piel los beneficios»