Aunque la pérdida de peso no es una ciencia exacta, el consumo calórico es fundamental. Cuando realizamos actividades de alta intensidad hay un gran consumo calórico, por eso, para perder peso, correr es muy efectivo.Si corres a buen ritmo, puedes beneficiarte además de una quema extra de calorías gracias al efecto postcombustión, un gasto energético adicional que se da después del ejercicio intenso, ya que tu cuerpo sigue quemando una buena cantidad de calorías para reponer el oxígeno que el organismo ha utilizado durante el entrenamiento. Correr es muy eficaz, pero también tiene unos inconvenientes que todos conocemos bien, –riesgo de lesiones, equipamiento adecuado, entrenamientos programados–, por eso, para perder peso, no desprecies el gasto calórico que se produce en una actividad tan poco agresiva como es caminar.

Se estima que para perder un kilo de grasa («o para no ganarlo», como señalan muchos) hay que que quemar 7000 calorías. Ahora es cuando empiezan las cuentas, pero sé consciente de que para que la pérdida de peso sea eficaz es necesario acompañar la quema calórica con una dieta equilibrada (y una ingesta comedida, de nada te sirve si cuando vuelves de un entrenamiento en el que has quemado 500 calorías, te empujas tres raciones de bravas). Según la calculadora de Runtastic de Adidas, alguien como yo, una mujer de 62 kilos de peso, caminando a un ritmo moderado (5,1 km/h), quemo 4 calorías por minuto. Por lo tanto, necesito 1750 minutos para quemar las 7000 calorías que suponen un kilo de grasa, o sea, más de 29 horas caminando a buen ritmo. Parece mucho, pero hay que tener en cuenta que, solo por dar un paseo diario de una hora, en un mes habré perdido un kilo. No está mal, ¿no?

Si en lugar de caminar, me echo a correr, la cosa aún augura mejor. A un ritmo de carrera moderado (11 km/hora), quemaré 11,4 calorías por hora. Necesito 614 minutos (o sea unas 10 horas y 15 minutos) corriendo para perder ese kilo de grasa. Míralo de otra forma, si salgo a correr durante una hora tres días por semanas, en poco más de tres semanas habré conseguido lo mismo que caminando cada día durante un mes. Pero recordemos el efecto combustión, que creo que no entra en el pronóstico de la calculadora, según el cual seguimos quemando calorías cuando acabamos una tirada a buen ritmo.

Estos cálculos son a ojo, nos sirven un poco para ver cómo el consumo de calorías (y de oxígeno) nos ayuda a bajar de peso, pero existes estudios rigurosos sobre el tema. Uno de ellos es el publicado en The Journal of Strength and Conditioning Research, según el cual, basándose en los datos recabados de 15 hombres y 15 mujeres a los que sometieron a distintas pruebas físicas, si corremos y caminamos una misma distancia, la quema de calorías es aproximadamente un 30% mayor con el running. Por lo tanto, correr es la mejor opción si lo que buscas es quemar más calorías en menos tiempo. Pero como hemos dicho antes, no por eso desprecies la caminata que también tiene sus ventajas. Y más ventajas aún si combinas la carrera con la caminata, o si caminar te lleva a engancharte a la marcha nórdica, tan de moda estos días, una disciplina que ejercita todo el cuerpo que se originó en Finlandia como entrenamiento de verano para esquiadores de fondo.

VENTAJAS DE CAMINAR PARA PERDER PESO

Es una actividad gratuita que no requiere ningún equipamiento especial (no tienes que tener el último modelo de zapatillas para realizarla, solo llevar un calzado cómodo).

No se necesita entrenamiento previo.

Se ejerce menos tensión en los músculos y las articulaciones, lo que reduce el riesgo de lesiones.

Puedes aumentar distancia que recorres al día sin tener que fijar una hora concreta para “entrenar”, dejarte llevar por cómo te sientes.

Se puede realizar a cualquier edad.

Puedes caminar acompañado y mantener una conversación, por lo que además de una actividad sana es enriquecedora y entretenida.

Aunque lo ideal es caminar por parajes de ensueño, se puede realizar en cualquier sitio. Solo hay que salir de casa.